- Hubo hombres que se hicieron a la vida
como quien en un chinchorro se hace al mar,
en pequeños botecitos de colores
afrontaron su terrible tempestad;
con sus sueños fabricaron flotadores,
salvavidas, remos, velas y un timón,
pero el viento derribó las ilusiones
y empezaron otra vez la construcción.
Martillando con su propia sangre esperan
terminar, antes que despierte el dragón.
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